El
presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha dicho en la Interparlamentaria del
PP celebrada en Toledo, que “los españoles los eligieron para impulsar un
profundo cambio”, “que no estaba en nuestro programa electoral”, se le ha
olvidado recordar, con lo que ese supuesto cambio se torna en cambiazo y, por
tanto, en fraude electoral. Siguiendo con sus habituales medias verdades, Rajoy
ha dicho también que su Gobierno “no esconde los problemas, sino que los
elimina”. Y eso es verdad: que la Justicia pública es cara, se restringe a
quienes puedan pagarla; que la Sanidad pública es cara, que la paguen los
enfermos; que la Educación pública es cara, que la pague quien la quiera; y
así, sucesivamente. Al final del camino, los ciudadanos no diferenciaremos
entre lo público y lo privado, así que se desmantelará lo público, y un
problema menos, pues lo que resulta caro para la derecha europea es el Estado
del bienestar, como se ha encargado de recordar la canciller alemana, Angela
Merkel, echándole un capote a Rajoy en su cónclave. Para culminar su discurso,
Rajoy ha dicho, ufano, que “España ha vuelto a ganarse la confianza de los
inversores” cuando los inversores en quien confían es en el BCE, que ya dijo
que comprará deuda española si el Gobierno español lo pide.
© Francí Xavier Muñoz, 2012
A babor y a estribor
Cartas al Director y un grito desesperado. Vol. IV
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