Los mercados y sus gobiernos
aliados han desnudado su estrategia en Italia, igual que lo hicieron en la
última semana electoral de Grecia, cuando anunciaron a bombo y platillo la
hecatombe financiera sobre ese país si el electorado griego elegía
mayoritariamente a Syriza, entonces
segunda fuerza política en las encuestas. Ante el anuncio de éstas de que el
Partido Democrático de Bersani encabezaba las preferencias de los italianos
ante las elecciones de febrero, el gran capital internacional se apresuró a
diseñar una estrategia del miedo, una refinada propuesta que los italianos no
tuvieran más remedio que considerar. La oligarquía financiera lo tuvo fácil,
pues el anuncio del regreso de Berlusconi les ponía en bandeja el elemento
fundamental con el que dicha oligarquía trabaja: el miedo de la población ante
la crisis, el terror ante la ausencia de financiación. Lo demás era coser y
cantar y encontraron la fórmula perfecta en el ofrecimiento de Monti como
candidato a primer ministro pero sin mancharse en una campaña electoral.
Objetivo: hundir al Partido Democrático, robándole un número considerable de
votos que, aunque no le haga perder las elecciones, le obligue a pactar con
partidos más pequeños que le impongan a Monti como jefe de Gobierno. La pieza a
batir: Bersani.
© Francí Xavier Muñoz, 2012
A babor y a estribor
Cartas al Director y un grito desesperado. Vol. IV
Y mañana será cualquier otro. Pero la culpa no es solo de la Merkel y demás jerarcas nazis. La gente que cae en su trampa del miedo y vota "lo que hay que votar" también es culpable. Pronto volveremis a los parlamentos orgánicos y estamentarios.
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