mi opinión | sentencia sospechosa

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La sentencia a Isabel Pantoja no va a evitar que la inmensa mayoría de los ciudadanos aprecie trato de favor hacia la tonadillera, pues la Audiencia de Málaga ha tenido tan poco tacto que justo ha impuesto a Isabel Pantoja la pena límite que le exime de ingresar en prisión, al carecer de antecedentes penales. Y es que el mensaje que parece transmitir la Audiencia, con respecto a la cantante, es que aprecia pruebas suficientes como para condenarla pero, en orden a su proyección social, la exime del engorroso trance de ingresar en prisión y evitar, así, una imagen que enturbiaría su carrera discográfica. Los jueces tienen en su mano una horquilla variable para imponer penas por diferentes delitos y cuando no hay antecedentes suelen elegir la pena de dos años para evitarle al reo, precisamente, la pena de prisión. Sin embargo, lo malo es que abusan de este recurso en caso de relevancia o notoriedad del condenado, aplicándolo mucho menos para los mismos delitos cuando los delincuentes no son tan famosos o importantes. Esto, junto a la rápida aplicación del tercer grado penitenciario para reos de prisión relevantes, hace que desde hace años los españoles vean a la Justicia como una de las instituciones que peor funcionan y en la que menos creen; porque aprecian que hay dos.