I
Busco tus ojos, desconchados ya
por el olvido del verano,
y tu nombre deshoja
esos días inolvidables
de aquellas tardes calurosas
en que mi piel calada
ansiaba tu cuerpo delgado,
recto como los árboles.
Sigo esperando, ya que olvido,
en las noches blancas de mi vigilia,
un susurro fugaz,
un lamento,
algo que me devuelva a tu universo
de trasnochada ausencia.
Quiero desatarme en tus brazos,
sentir tu cuerpo caer sobre el mío.
Desesperar en los silencios
tu risa alborotada,
tu alegría embriagada.
Quiero besar tus labios
y romper mi pecho con tu desgarro.
II
Te digo adiós con un grito callado
desde el témpano de mis anclas,
amarrando tus miradas perdidas,
ignorando el acecho de mis ansias.
Errante en la estación de mis incógnitas,
deslumbrantes y oscuras a lo lejos,
suena estridente el tren pesado
de mi pasado, lento, lento.
© FRANCÍ XAVIER MUÑOZ 1991
La estancia del mate. Poemario I
¡Que bonito y que triste!.
ResponderEliminarEs maravilloso el poema.
ResponderEliminarEl poema expresa cuatro momentos de la relación entre el hablante lírico (en primera persona) y la persona amada. Se inicia con una introducción que ‘deshoja recuerdos’ y luego viene la espera del reencuentro, el deseo de retornar a algo conocido y que produce felicidad y finalmente el adiós, que parece definitivo. Estos momentos se corresponden estructuralmente con cada una de las estrofas. Me gustan especialmente algunas imágenes que has sabido crear por su intensidad expresiva: “tu cuerpo delgado/recto como los árboles”, “noches blancas de mi vigilia”, “un grito callado”, “el témpano para mis anclas”. Muy logrado el movimiento temático a lo largo de las estrofas. Has sabido mantener el ritmo, la musicalidad y el tono elegido desde el inicio.
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