miércoles, 25 de febrero de 2015

memoria en corto | emociones imborrables

    Ayer por la tarde estuve archivando las fotografías que había revelado hace unos meses y que corresponden a carretes de hace doce años, los penúltimos que me quedaban por revelar. Faltan todavía tres, de unas cuantas decenas que he ido revelando poco a poco a lo largo de más de una década. En estos que organicé ayer estaban las fotos de aquel fin de semana imprevisto que pasé en en Valencia con mis primos, con Quique y con Nico. Aquel fue un viaje inesperado, en principio para pasar todo un sábado en la playa y regresar por la noche a Madrid, pero al final decidimos salir de marcha por la ciudad y dormir el domingo en la playa de El Saler. Impresiona ver fotografías cuando uno de los protagonistas ya no está con nosotros. Le envié algunas fotos a Quique por Whatsapp y se emocionó al recordar aquel viaje. 
    Luego estuve revisando las fotos de varios chillouts en casa de Rubén y de Fabio, hace once años. Nos lo pasábamos en grande. Fuimos un grupo cohesionado y divertido. Quique, Fabio y yo, sobre todo (también Nico), teníamos un sentido del humor muy surrealista, instantáneo, vivo, perspicaz, ágil, que hacía las delicias de todos. Nos enredábamos uno tras otro en bucles dialécticos que sacaban varios significados a las mismas palabras o frases, y siempre conseguíamos enunciados ocurrentes, definiciones nuevas y conclusiones inteligentes, además de graciosas. 
    Apareció por sorpresa en las fotos Dani, tan jovencito y delgado entonces... No perdí un momento y, sin pensarlo, envié algunas fotos a Fabio, Quique, Dani y Juani, que se emocionó y me agradeció el envío, ella que no tiene ninguna foto de aquella época, y de la que además recuerda poco. Quique se asombraba de las caras que teníamos, que sin embargo reflejaban lo bien que lo pasábamos y lo mucho que reíamos. A Fabio y a Rubén les enviaré más fotos otro día. 
    Más tarde recibí la llamada de Fabio, agradeciéndome que le enviara fotos, sobre todo las de Valencia, me dijo, pues ése fue un fin de semana inolvidable en nuestras vidas. Seguimos llamándonos "primos", y quedamos en ir a verlo el jueves a la sala donde está interpretando una obra de microteatro, así ya de paso tomaremos algo con él y nos pondremos al día, a ver si recuperamos entre todos aquella costumbre de mantenernos unidos y en contacto permanente. 

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