El Parlament de Catalunya, en ejercicio de la representatividad que le otorga el ordenamiento jurídico, admitió a trámite una Iniciativa Legislativa Popular para ser votada por los diputados autonómicos y, de resultas de ésta, el Parlament ha aprobado la supresión de las corridas de toros en el ámbito territorial de su competencia. La Generalitat de Catalunya, en ejercicio de su legitimidad, decidió no someter esta cuestión a referéndum. Ambas instituciones han actuado conforme a Derecho y, sin embargo, los más destacados miembros de la caverna del PP han montado en cólera, profiriendo la consabida retahíla de improperios y desmesuras que les caracteriza. Como siempre, apropiándose de un sentimiento tradicional que “une a todos los españoles” (en palabras de Francisco Camps) y haciendo suya una iniciativa que creen compartir con todos ellos, proponen ahora declarar las corridas de toros Fiesta de Interés General y Cultural y que la Unesco las declare Patrimonio Cultural de la Humanidad. ¿Sería el primer país del mundo donde el maltrato animal innecesario, hecho espectáculo público, se elevara a categoría de cultura? Esa sí que sería, para muchos españoles (a los que no conoce Francisco Camps), una buena razón para romper sentimentalmente con España.
© Francí Xavier Muñoz, 2010
A diestra y siniestra
Cartas al Director y un grito desesperado. Vol. III
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