La inacción con Siria se hace cada vez más insoportable. El doble rasero que prima en las acciones contra su régimen frente a las tomadas contra Libia pone de manifiesto, sí, la división de la comunidad internacional, pero aún más su debilidad para frenar al fuerte. Sin embargo, la llamada a consultas de los embajadores de Arabia Saudí, Kuwait y Bahréin en Damasco, y el llamamiento del rey saudí Abdulá al mandatario sirio, Bachar Al Asad, para que detenga la represión e inicie reformas, podrían ser el primer paso de una estrategia más amplia para la que se están dando las condiciones adecuadas. El rey Abdulá ha dicho: “antes de que sea demasiado tarde”. Y ahí está la clave. ¿Hasta cuándo soportarán los gobiernos occidentales la indecencia de ayudar a los libios y no a los sirios, ambos bombardeados por sus respectivos ejércitos? La parsimonia de la respuesta internacional a las afrentas del mandatario sirio, el llamamiento enérgico del rey saudí y el repunte de la crisis económica en Europa y EEUU quizá no sean más que los ingredientes de una guerra perfecta contra Siria y, ya de paso, contra Irán, lo que reactivaría las economías occidentales y dejaría a Arabia Saudí, el otro gran aliado occidental -debilitado Egipto- como el árbitro de la geopolítica en Oriente Próximo.
© Francí Xavier Muñoz, 2011
A diestra y siniestra
Cartas al Director y un grito desesperado. Vol. III
SIEMPRE HAY RAZONES ECONÓMICAS DETRÁS DE LAS DECISIONES DE LOS PAISES MÁS RICOS SOBRE LOS DESTINOS DE LOS PAISES MÁS POBRES EN DONDE NO DEBERÍAN TENER NINGUNA INTERVENCIÓN YA Q' CADA NACIÓN ES SOBERANA.. PERO EL PETROLEO ES EL PETROLEO ¿NO?
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