lunes, 6 de diciembre de 2021

poema | fin de fiesta


Si nos despertamos cada mañana

con la sonrisa en los labios y ausentes

de lo que nos rodea, incluyéndonos,

será un día de fiesta.

 

Si entramos en la cocina con música

y nos preparamos el desayuno,

cómplices de la noche arrebatada,                           

será un día de fiesta.

 

Si desayunamos en el salón,

desplegando cubiertos y vajilla

como si fuese una cena de gala,

será un día de fiesta.

 

Si recogemos la casa cantando

y nos vestimos pidiendo opinión,     

prestándonos perfumes favoritos,

será un día de fiesta.

 

Sin embargo…

 

Si al salir a la calle tropezamos

con la rutina diaria y sus molestias

y nos liamos en discusiones tontas,

la fiesta se adormece.

 

Si nos obcecamos en egoísmos

y verdades dudosas que se olvidan

con el inefable paso del tiempo,

la fiesta se despuebla.

 

Si nos olvidamos de la mañana

y persistimos en errores mutuos

abroncándonos el resto del día,

la fiesta se termina.

 

Si llega la noche y nos separamos

para no hablarnos ni vernos las caras,

hundiendo nuestro amor en el silencio,

la fiesta se abandona.

 

Si nos conducimos por el orgullo

y el lamento de una vida irresuelta,

quejándonos de lo que nos separa,

será el fin de la fiesta.

 

© FRANCÍ XAVIER MUÑOZ 2015

Destino reconciliado. Poemario VII

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