Ha pasado casi desapercibida una de las medidas más elocuentes de la ideología conservadora, la concesión de privilegios, en uno de los países que recientemente ha abrazado esa opción política: Reino Unido. Allí, el gobierno liberal-conservador va a limitar la concesión de visados para el desempeño de algunas profesiones por parte de extranjeros no comunitarios. Es una medida proteccionista, sin duda, y llama la atención que los gobiernos europeos vayan implantando restricciones a la inmigración, mientras abren las puertas de la Unión a productos no comunitarios, competitivos por su bajo coste laboral, y que obligarán a los europeos a rebajar sus estándares de vida para mantener la competencia, ya que sus gobiernos son incapaces de obligar a esos países falsamente competitivos a igualar los costes laborales de sus productos o, por el contrario, a implantar una tasa que los grave por esa diferencia insalvable de costos con los productos europeos. En cualquier caso, las medidas restrictivas a la inmigración en Reino Unido tienen una excepción típicamente conservadora: a determinados ricos se les exigirá menos tiempo para obtener la residencia indefinida, muestra evidente del concepto de desigualdad en las leyes que, todavía hoy, tiene cierta derecha europea.
© Francí Xavier Muñoz, 2011
A diestra y siniestra
Cartas al Director y un grito desesperado. Vol. III
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