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El Gobierno anuncia un plan para aflorar la economía sumergida y, como es costumbre en él, no agradece a la izquierda las propuestas que le inspiran dicha medida, pues ésta, concretamente, fue planteada por ATTAC, economistas independientes y el sindicato de técnicos de Hacienda, Gestha, y asumida inmediatamente por CCOO, UGT y partidos de izquierda, que se la sugirieron al Gobierno en diferentes debates parlamentarios. Pero es ya norma en este Gobierno silenciar o negar propuestas de la izquierda para, meses o incluso años después, retomarlas como propias, sin mencionar a los padres de la idea. Sin ir más lejos, la negativa de Zapatero desde su escaño a la dación en pago de la hipoteca enunciada por ERC en el Congreso y la invitación, minutos después, a explorar vías de solución al problema, en el aparte que mantuvo el Presidente con Joan Ridao. Lo que sorprende, sobre todo, es la sorpresa que se han llevado los técnicos del Ministerio de Trabajo, al comprobar las multas irrisorias que contempla la actual Ley de Infracciones y Sanciones del Orden Social (LISOS), cuando lleva ya un buen tiempo vigente. Son décadas sin meter mano al asunto y, aunque sea sin el copyright, hay que reconocer al Gobierno la valentía por encarar este gran lastre de la economía española.
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