Decía el otro día el expresidente Aznar que el PSOE, cuando gobierna, en materia antiterrorista tiene un problema con la legalidad. Vistas las declaraciones de algunos dirigentes del PP, tras el anuncio de la retirada de Zapatero, se comprueba, una vez más, que el PP, cuando está en la oposición, tiene un serio problema con la democracia, pues no respeta ni los tiempos ni las instituciones ni la voluntad general de los españoles. Nada tiene de extraño, por otra parte, en este PP de hoy, heredero de la brusca derecha decimonónica. Los más insignes representantes de ese PP radical, de esa derecha abrupta que hoy tiene lengua larga y carta blanca en ese partido, han salido ya en tromba a reclamar elecciones anticipadas. Y es que ese tipo de derecha ni antes ni ahora cree en la democracia como régimen político sino sólo como mero juego de intereses y de poder en el que sólo algunos deben tener el privilegio de gobernar. Más irrisorio resulta el convencimiento que tienen esos hooligans del PP de que esa petición de elecciones anticipadas es demandada por toda la ciudadanía, lo que revela la sempiterna confusión que ha tenido ese sector de la derecha entre sus intereses particulares y los generales, lo que se pone de manifiesto, por ejemplo, en el caso Gürtel, sin ir más lejos.
© Francí Xavier Muñoz, 2011
A diestra y siniestra
Cartas al Director y un grito desesperado. Vol. III
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