El presidente de la CEOE, Juan
Rosell, ha dejado caer la posibilidad de que los sindicatos formen parte de los
consejos de administración de las empresas, idea que ha sido rechazada por el
Comité Ejecutivo de la patronal. De entrada, sorprende mucho que sea el
representante de los empresarios quien rescate una idea defendida últimamente en
ámbitos alejados del entorno empresarial. Tampoco es una idea nueva, pues ya la
Constitución republicana de 1931 preveía legislar la participación obrera en la
dirección de las empresas, así como algún líder socialista lo defendía en
aquélla época. Incluso en pleno régimen franquista, en 1962, se articuló una participación
de los trabajadores en los consejos de administración de las sociedades de gran
tamaño. Así que podríamos estar ante una idea que haya superado, con el tiempo,
la confrontación ideológica. Y no estaría mal que así fuera, pues resulta de
sentido común que quien participa activamente en el beneficio de las empresas
tenga, al menos, voz en los consejos donde se deciden sus estrategias. Sin
embargo, ante la sorpresa que ha causado Juan Rosell, cabe preguntarse si su
idea no será, en realidad, una contrapropuesta sindical frente a las medidas
agresivas que defiende la CEOE, impaciente ante un gobierno absoluto del PP.
© Francí Xavier Muñoz, 2011
A diestra y siniestra
Cartas al Director y un
grito desesperado. Vol. III
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