El manotazo, que no dedazo, con que la cúpula del PSOE cortó las aspiraciones de Carme Chacón para disputar a Pérez Rubalcaba la candidatura a la Presidencia del Gobierno cobra, ahora, todo su sentido. Creo que no fue casual que fuera Patxi López el primer dirigente socialista en pedir una reflexión sobre la inoportunidad de un proceso de primarias. Quizás él, Rubalcaba y Zapatero, manejaran entonces datos o indicios que les indicaran la probabilidad del anuncio del cese definitivo de la lucha armada de ETA, al finalizar la presente legislatura o recién iniciada la siguiente. En ese escenario, y junto al desgaste por la crisis económica, sin duda el mejor candidato del PSOE era y es Rubalcaba. Si gana las elecciones, podrá gestionar el fin de ETA con el aval de haber sido quien ha pilotado el último tramo de la política antiterrorista, con el éxito por todos ya conocido. Si pierde las elecciones, ¿quién mejor que Rubalcaba, como líder de la oposición, para ayudar a Rajoy a manejar dicho escenario y evitar que éste sucumba a las presiones del ala dura del PP? Una vez hilvanado el desenlace de ETA, podrá ceder el testigo a Chacón, quien podrá ilusionar al electorado siendo la primera mujer candidata a la Presidencia. Visto así, el manotazo del PSOE fue, en realidad, un abrazo.
© Francí Xavier Muñoz, 2011
A diestra y siniestra.
Cartas al Director y un grito desesperado. Vol. III
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