El PP solo obtiene 552.683 votos más que en las elecciones generales de 2008. El PSOE pierde 4.315.455 votos con respecto a esa misma convocatoria electoral, que se fugan sobre todo a IU, UPyD, EQUO y la abstención. Lo que demuestra que el PSOE ha perdido estrepitosamente las elecciones, no que el PP las ha ganado abrumadoramente. Lo que el PP gana son los escaños con los que la injusta ley electoral premia a los partidos más votados en cada provincia. Y si el voto progresista se fragmenta, quien sale beneficiada es la derecha concentrada en el PP. Aún así, se pueden extraer algunas conclusiones. 1ª. La reforma de la ley electoral tendrá que esperar, pues el PP ni la tocará en esta legislatura. 2ª. Si el bipartidismo se rompe algún día, debería ser a costa de que ningún partido saque mayoría absoluta. 3ª. El PSOE, si vuelve al Gobierno, y se ve obligado a aplicar alguna política liberal, tendrá que aplicar también alguna política progresista como contraprestación. 4ª. Si un futuro presidente de gobierno socialista se empecina en no hacer lo anterior, el partido tendrá que pararle los pies. 5ª. Hoy sí se puede decir que la culpa es de Zapatero, aunque ya lo advirtió cuando dijo aquello de “cueste lo que cueste”. 6ª. El PSOE tiene que competir a tres bandas: PP, IU y UPyD.
© Francí Xavier Muñoz, 2011
A babor y a estribor
Cartas al Director y un grito desesperado. Vol. IV
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