En los últimos días estamos contemplando atónitos actitudes autoritarias de un Gobierno que tiene alergia a todo lo que discrepa, a todo lo que critica, a todo lo que pregunta y a todo lo que debate. El PP está cometiendo por segunda vez el mismo error que ya cometió su glorificado antecesor José María Aznar, que no es otro que interpretar la mayoría absoluta como una licencia para silenciar y aplastar al adversario, gobernando con autoritarismo democrático. Esta técnica de gobierno aprovecha las mayorías absolutas y los recovecos y vacíos de los ordenamientos y procedimientos jurídico-políticos para incorporar a la acción pública métodos despóticos, haciendo que la democracia representativa se torne democracia autoritaria, en la que lo democrático se queda en puro formalismo y lo autoritario se muestra como tajante realidad material. Las encuestas ya le han hecho perder al PP ocho puntos de apoyo electoral, superando en apenas ocho meses su propio récord de pérdida de mayoría absoluta. Los cambios en RTVE -que convertirán al ente público en el No-Do del marianismo- y las amenazas de ilegalización a la asociación Facua –amenazas que vulneran las libertades de asociación y expresión- indican que el PP tropieza dos veces en la misma piedra de la arbitrariedad.
A babor y a estribor
Cartas al Director y un grito desesperado. Vol. IV
Muy bueno...
ResponderEliminarSolo tienen miedo a las opiniones ajenas los tontos, y este gobierno ya nos ha dejado claro lo que son.
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