http://www.extremaduraprogresista.com/libre/40-libre-opinion/21613-no-hay-sitio-para-tantos
http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article93152
http://www.sanborondon.info/content/view/69709/1/
http://www.lacasademitia.es/articulo/firmas/no-sitio-tantos-franci-xavier-munoz/20151011072530047277.html
“La izquierda de este país no tiene
remedio”, me decía un amigo esta semana. “Siempre desunida. Cuando más falta
hace un Frente Popular como en el 34, cada uno por su lado. Me lo están
poniendo difícil para votarlos”, culminaba su reflexión con un suspiro
apesadumbrado. Y no sólo este amigo expresaba su desazón con el baile de
formaciones de izquierda que quieren competir por algún escaño en el Congreso
de los Diputados el próximo 20-D. En mi entorno personal y laboral se asiste
ahora con asombro a la eclosión de diversas formaciones que quieren arrebatar
al PSOE el voto de izquierda alternativa que ese partido ya no representa para
cientos de miles de ciudadanos progresistas. La sorpresa surge cuando todas
esas formaciones se plantean que, de no darse una candidatura conjunta de
confluencia, se presentarán a las elecciones por separado. “¿Para conseguir
qué?”, dice mi amigo, “¿un diputado, como mucho, o perder los votos obtenidos
en los restos del recuento que no dan para conseguir un escaño?”.
Además de Podemos, la izquierda alternativa
cuenta ahora también con Izquierda Unida, Equo, Izquierda Abierta, Decide en
Común, Somos Izquierda, Ahora en Común, Convocatoria Cívica, Unidad Popular en
Común… a los que hay que añadir los partidos de izquierda que tienen
implantación autonómica. Todo un guirigay, en expresión popular. Gaspar
Llamazares, de Izquierda Abierta, ya ha advertido que su partido podrá
integrarse en otra candidatura distinta a la que encabece o participe Izquierda
Unida. En Equo sus militantes ya han decidido concurrir junto a Podemos.
Militantes de este partido y de IU formaron recientemente Somos Izquierda, con
la intención de conseguir esa ansiada confluencia entre ambas formaciones en
alguna candidatura de unidad. Decide en Común también ha nacido recientemente,
liderado o impulsado por exmilitantes del PSOE (Alberto Sotillos, Beatriz
Talegón…) y activistas del 15-M (Fabio Gándara…). La plataforma Ahora en Común
pretende liderar esa unidad de la izquierda pero, ahora, sus promotores se
marchan, acusando a otros de instrumentalizar de forma partidista dicho
espacio. Mi amigo dice: “El PSOE, el PP y Ciudadanos estarán disfrutando de lo
lindo con este panorama que tenemos a la izquierda”.
Para colmo de males, ya es oficial la
ruptura de negociaciones entre Podemos y el candidato de IU a la Moncloa , Alberto Garzón.
Por lo que ha trascendido, Podemos hacía una oferta personalista a Garzón,
siempre que se desvinculara de cierta “mochila”, lo que se puede entender por
soslayar a IU en una candidatura liderada por Podemos. Sin embargo, en otros
territorios (Galicia, Cataluña, Comunidad Valenciana…) parece que sí habrá
confluencia entre Podemos e IU para las elecciones generales. ¿Cuál es,
entonces, el escollo para que no haya un acuerdo a nivel estatal: la presencia
de las siglas de IU en las papeletas; el candidato número uno por Madrid que,
por costumbre constitucional, es el candidato a la Presidencia del
Gobierno; la “mochila” del PCE dentro de la coalición IU? ¿Cuál ha sido el
obstáculo para esa confluencia estatal entre Podemos e IU? Esta última
formación ya dijo que las siglas no serían un problema y, desde luego, yo no
veo tan difícil que IU renuncie como tal a presentarse a las elecciones
generales y, en su lugar, lo hagan candidatos independientes (mejor de
renombre) dentro de las listas de Podemos, por lo menos en las provincias más
pobladas, que son las más proporcionales para la asignación de escaños al
Congreso. No creo que IU viera con malos ojos esta fórmula, seguir
presentándose como IU a las elecciones municipales, autonómicas y europeas, pero
diluirse en candidatos independientes para las elecciones generales,
facilitando así la confluencia con Podemos o, llegado el caso, con otros
partidos en una candidatura de unidad popular. Juantxo López de Uralde, de
Equo, ya ha instado a Podemos y a IU a que retomen las conversaciones para
forjar esa unidad que reclaman amplios sectores de la izquierda de este país.
Por otro lado, Podemos insiste en que el debate
no es tanto entre izquierda y derecha sino entre arriba y abajo, discurso que
se entendía mejor hace un año que ahora, pues Podemos representó en sus inicios
a los más afectados e indignados por la crisis económica, decepcionados por
igual del PSOE y del PP. Ese discurso, que competía por hacerse un hueco entre
ambos partidos o, incluso, superarlos, se ha visto ahora desbordado por la
irrupción creciente de Ciudadanos que, tras las últimas contiendas electorales
(Andalucía, Cataluña, municipales y autonómicas), ha arrebatado a Podemos la
centralidad del tablero que esta formación quería representar. Se comprende el
desconcierto que esto ha supuesto para el partido morado pues en la próxima
campaña electoral habrá tres partidos (Ciudadanos, PSOE y PP) disputando el voto de centro -con más o menos
perfil conservador o progresista- que es el que da y quita gobiernos en España.
¿Hay sitio para un cuarto partido en la centralidad del tablero? Quizá la
percepción de que no lo hay y de que se abre un claro espacio a la izquierda es
lo que ha llevado a la organización de Bases Podemos, una fracción crítica del
partido morado que reclama la vuelta a sus orígenes en la defensa de los de
abajo y a la izquierda, y que harán su presentación pública el próximo viernes
16 en Madrid.
Creo que Podemos tiene que replantearse su
estrategia electoral y decidir por qué espacio ideológico compite, si por el
centro o por la izquierda. Yo preferiría que fuera este último porque si opta
por el centro tendrá que competir con Ciudadanos por la tercera posición en el
ranking electoral nacional y tendría que fiarlo todo a las encuestas, ya que si
éstas colocan de aquí a diciembre a Ciudadanos por delante de Podemos, el
votante progresista, ese “socialista de corazón” al que apela siempre Pablo
Iglesias, podría enfrentarse al siguiente dilema el 20-D: ¿Gobierno de Mariano
Rajoy apoyado en Ciudadanos o Gobierno de Pedro Sánchez apoyado en Ciudadanos?
Con Ciudadanos por delante de Podemos en las encuestas, ante esa tesitura, el
“socialista de corazón” ¿a quién votaría, a Podemos o al PSOE? ¿Cuál sería el
voto útil para un Gobierno de progreso? La contienda electoral va a estar tan
reñida que un puñado de votos o de escaños a favor del PSOE o del PP van a
legitimar a uno o a otro para formar Gobierno. Si las encuestas relegan a
Podemos a la cuarta plaza, ¿no sería más lógico que el partido morado disputara
entonces el voto de izquierda, aglutinado todo él en una sola candidatura de
unidad popular?
Acertadisimo análisis , lo comparto en su totalidad
ResponderEliminarMuy buen artículo amigo Francí.
ResponderEliminarEs muy cierto lo que dices. Nos están poniendo muy difícil votar con tanta fragmentación de las fuerzas progresistas. Al final va a ser Ciudadanos quién se lleve al electorado progresista que desea pegarle una patada en el culo al PP-PSOE. La gente está cansada del bipartidismo y quiere una nueva alternativa de gobierno. Si Podemos, Equo e IU no son capaces de ponerse de acuerdo para crear un partido instrumental, similar a Ahora Madrid, que los supere y trascienda, mejor que se vayan a su casa.
Creo que va a haber un alto índice de abstención en estas elecciones. Una buena parte de la ciudadanía progresista se va a ubicar en la abstención activa. Ya estamos cansados de votar al menos malo. Queremos una alternativa que nos represente, de Unidad Ciudadana y Popular, que transcienda los egos personales y partitocráticos y que sea una alternativa al sistema y al régimen. La fragmentación identitaria de Podemos, Equo e IU no facilita las cosas. Estas tres opciones han de abandonar sus respectivas mochilas identitarias de egos superlativos y excluyentes para tratar de conformar un espacio amable similar a Ahora Madrid. Un espacio político y electoral que demuestra lo que es en aquellas cosas que hace y no por la fanfarria apologética de homilías y diatribas.
Y no nos valen marcas blancas como algunas que aparecieron en las elecciones municipales y que no lograron ganar, ni siquiera agrupadas; queremos originales como Ahora Madrid. Queremos apuestas políticas y electorales a través de partidos instrumentales en el que quepa todo el mundo, no sopas de letras y sumas de siglas como CSQEP que siempre estarán avocadas al fracaso. Una nueva apuesta política y electoral sin listas planchas horizontales; una iniciativa sin avales patrimonialistas, limitativos y excluyentes, que cuente con procesos muy participados desde la base; sin vanguardias partidistas que los subviertan.
Es normal que las personas como Manuela Carmena o Ada Colau no quieran participar en las campañas de Podemos, Equo e IU para las generales, pues tanto Podemos, Equo como IU son vieja política en traje nuevo y eso no nos convence. Para eso ya está Ciudadanos.
Así que lo que nos queda a los de abajo es lanzar un ultimátum a Podemos, Equo e IU. O alternativa unitaria que labore por el bien común de la ciudadanía o abstención activa. No hay otra.
Un abrazo amigo.
Ya sabe que cada español somos un mundo, nos cuesta mucho ceder.
ResponderEliminarSaludos
Es un texto necesario, a pesar de que, me temo que no te van a escuchar. Esto no tiene remedio.
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