http://www.nuevatribuna.es/opinion/franci-xavier-munoz/hora-gente/20160409182515127206.html
Tras la rueda de prensa del líder de
Podemos el viernes 8 de abril, en la que se certifica el desacuerdo para explorar
un Gobierno a tres bandas con PSOE y Ciudadanos, Pablo Iglesias cumple su
palabra de consultar a las bases de Podemos sobre qué opción prefieren sus
inscritos, si apoyar con la abstención parlamentaria el Gobierno de Rivera presidido por Sánchez –según
terminología de Iglesias- o rechazarlo con el voto en contra de Podemos, que
persistiría en su apuesta por un Gobierno del PSOE con Podemos y las
confluencias. Esta última opción abocaría sin remedio a la celebración de unas
nuevas elecciones, pues tanto PSOE como Ciudadanos han confirmado la solidez inamovible
de su pacto, en el que ni cabría una inclusión de Podemos en el Gobierno –según
exigencia de Ciudadanos- ni cabría cesión alguna a las propuestas más
conflictivas del partido morado. En este sentido, Pablo Iglesias ha remarcado
en su rueda de prensa la doble negativa con la que se encontró en la reunión
tripartita celebrada el jueves 7 de abril: ni PSOE va a romper el pacto con
Ciudadanos ni éste va a aceptar compartir con Podemos un hipotético Gobierno.
Llegados a este punto del camino, Podemos
convocará a sus bases para hacerles dos preguntas y, en función de las
respuestas mayoritarias, actuar en consecuencia, aunque Pablo Iglesias no haya
aclarado qué tipo de responsabilidades políticas se asumirían por parte de la
dirección de Podemos en el caso de que sus inscritos se inclinaran por
facilitar un Gobierno PSOE-Ciudadanos. El líder de Podemos sólo ha dicho que se
asumirían dichas responsabilidades, sin aclarar si eso supondría acatar sin más
el mandato de las bases y abstenerse en la investidura de Sánchez, o si dicho
mandato de las bases se interpretaría como una desautorización a la dirección
de Podemos y, en particular, a su líder, Pablo Iglesias, lo que podría
conllevar la dimisión de éste o de toda la dirección. Por otro lado, Iglesias
sólo se ha comprometido a “explorar” ese mandato de las bases, lo cual también
se puede interpretar como que dicho mandato no sería vinculante para la
dirección de Podemos. Ya veremos qué ocurre el 18 de abril cuando se haga
público el resultado de la consulta a los inscritos en el partido morado.
Yo voy a dar mi opinión, aunque de entrada
ya manifiesto mi desacuerdo con el redactado de las dos preguntas que va a
plantear Podemos a sus bases, pues son preguntas muy genéricas que requieren de
una previa aclaración. Entiendo que a la mayoría de los inscritos en Podemos,
así en general, le saldría de las entrañas votar no a la primera pregunta (“¿Quieres
un Gobierno basado en el pacto Rivera-Sánchez?”) y sí a la segunda (“¿Estás de
acuerdo con la propuesta de Gobierno de cambio que defiende Podemos, En Comú
Podem y En Marea?”). Sin embargo, creo que la pregunta correcta debería ser una
sola, redactada más o menos de la siguiente manera: “Tras el resultado de la
reunión del jueves 7 de abril entre PSOE, Podemos y Ciudadanos, ¿quieres que
Podemos facilite con su abstención un Gobierno presidido por Pedro Sánchez con
el apoyo de PSOE y Ciudadanos?” Un sí mayoritario como respuesta a esa pregunta
podría facilitar una negociación con Sánchez y Rivera para dicha abstención -con
alguna concesión a Podemos- o también todo lo contrario, una abstención sin
condiciones. Un no mayoritario como respuesta a esa pregunta supondría un nuevo
voto en contra de Podemos a la investidura de Sánchez. Y, llegados a este punto
del camino, habría que reflexionar sobre las ventajas y desventajas de ambas
opciones.
Yo las voy a sintetizar, haciendo público
mi voto a favor de una abstención de Podemos para la investidura de Pedro
Sánchez como presidente del Gobierno con el voto a favor de PSOE y Ciudadanos,
y exponiendo los motivos de dicha posición.
Atendiendo a los intereses generales de la
mayoría social, lo más urgente y necesario es desalojar al PP del Gobierno de
la nación. Podemos reduciría, así, considerablemente su percepción de partido
radical por algunos sectores de la ciudadanía, demostrando ser el partido que
más habría cedido para facilitar un “Gobierno de las fuerzas del cambio”
(Sánchez dixit), que no sería lo
mismo que un “Gobierno de progreso” (Iglesias dixit). Así también, Podemos podría recordar una y otra vez a
Sánchez que él ejercería su Presidencia gracias al partido morado, lo que a
éste le podría venir muy bien para la tramitación de las leyes en el Congreso.
Atendiendo a los intereses particulares de
Podemos, un Gobierno PSOE-Ciudadanos convertiría al partido morado en el
referente de la oposición de izquierdas, sin desgastarse en un Gobierno que
tendría las manos atadas por Ciudadanos, el IBEX 35, los mercados y la Unión
Europea. De ahí la expresión de Iglesias refiriéndose al “Gobierno de Rivera
presidido por Sánchez”. Podemos, en la oposición, podría condicionar algunas
leyes y, al mismo tiempo, incrementar su apoyo ciudadano como referente de la
izquierda y, suponiendo que ese Gobierno sufriera un acusado desgaste o que la legislatura
se acortara, el partido morado podría aumentar su representación parlamentaria
en unas siguientes elecciones, pudiendo incluso sobrepasar al PSOE.
Si, por el contrario, la mayoría de los
inscritos en Podemos rechazan ese Gobierno PSOE-Ciudadanos, abocando a los
españoles a unas nuevas elecciones generales, porque tampoco fuera viable la
gran coalición que sueñan Rajoy y Rivera, Podemos tendría que enfrentarse a dos
situaciones adversas en ese escenario: las encuestas que reducen su apoyo
electoral y la campaña devastadora que PSOE y Ciudadanos harían en contra de
Podemos, acusándolo de haber impedido un “Gobierno de las fuerzas del cambio”,
campaña que ya han iniciado con toda crudeza.
Ante la confusión del enunciado de las dos
preguntas que hará Podemos a sus bases, quienes piensen como yo tendrían que
votar “sí” a la primera y “no” a la segunda, aunque ninguna de las dos
respuestas serían del todo exactas, pero sí las más aproximadas a la
intencionalidad básica que se buscaría con ellas, que sería dejar que gobierne
el PSOE con Ciudadanos, ya que para estar en ese Gobierno “Podemos tendría que
dejar de ser Podemos”, e ir a unas nuevas elecciones aumentaría considerablemente
el riesgo de perder representación parlamentaria.
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