Con la fotografía
impecable de Emmanuel Lubezki, que hace del desierto incluso un lugar atractivo
para vivir, el director Rodrigo García nos plantea una interesante reflexión
sobre lo que pudo vivir Jesús de Nazaret cuando se retiró cuarenta días a rezar
al desierto, lo que inició su predicación pública. Ese episodio de la vida del
Nazareno se muestra en el Nuevo Testamento como el hecho decisivo, previo y
necesario, a la asunción del destino que Dios le habría revelado y que Jesús
asume, no sin dudas y vacilaciones, suponemos.
De eso trata esta película,
precisamente. Vemos al "hombre santo" -así definido por otro de los
protagonistas del film- adentrarse en el desierto, buscando un sitio donde
rezar, meditar y tomar decisiones. Y allí se enfrentará al ayuno, a las
visiones y a las tentaciones que el diablo, encarnado en su mismo doble, le
propondrá para ponerlo a prueba. Inquietante mensaje el que lanza Rodrigo
García al hacer que Ewan McGregor interprete a los dos personajes al mismo
tiempo: ¿no es el mal la otra cara del bien, no es el diablo nuestro propio yo
perverso y rebelde? McGregor resuelve sin tensiones y con convicción uno de los
papeles más interesantes de su carrera cinematográfica. En el desierto, Jesús
de Nazaret se encontrará a una familia compuesta por padre, madre e hijo, cuyo
destino cambiará precisamente por quedarse con ellos un tiempo. Ahí se
plantean,creo yo, los dos temas principales de la película: la rebelión contra
el padre y la aceptación o rebeldía frente a nuestro propio destino, que a
veces se modifica de forma aleatoria e imprevista y, otras veces, de forma
intencionada. ¿Era consciente Jesús que al rebelarse el chico contra su padre
desencadenaría un escenario imprevisto que cambiaría el destino de todos los
miembros de la familia? ¿Le sirvió esa experiencia para no rebelarse él contra
el Padre y aceptar su destino? Hay varias escenas y frases que motivan una
seria reflexión sobre el destino y la intervención divina en él, aunque no es
necesario ser creyente para disfrutar de esta película que, ante todo, nos
plantea la duda sempiterna sobre la existencia de Dios y su forma peculiar de
hablar a través de nuestra conciencia. © FXM
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