viernes, 18 de agosto de 2017

poema | las horas que faltan

¿Sabes?
Hoy por la mañana tuve que parar el coche.
Los ojos se me llenaron de lágrimas.
Y es que ese disco de Malú
me está destrozando el paisaje
que habíamos pintado juntos.

Tu ausencia se hace cada vez más insoportable
y el dolor me llega hasta la garganta,
ahogándome sin que pueda evitarlo.

Es entonces cuando el llanto sale a borbotones
y tengo que esconderme de la gente
o apartar el coche de la calzada.

Es entonces cuando todavía me doy cuenta
de que te amo
y que tu ausencia no la llena nadie.

Es entonces cuando miro el reloj
y cuento las horas que faltan
para acostarme
con el Orfidal, Lexatin o Valium.

De nada sirve la terapia
ni los tranquilizantes cotidianos
o las horas extras en el trabajo.

Nada me separa de ti
aunque tampoco quiero que nada me separe.
Eso no se lo digo a mi psicólogo;
él solo intenta que no te odie.

Al final dejaré de pagar estas consultas
y me gastaré el dinero en los bares.
Allí los camareros me escuchan igualmente
pero al menos no me avasallan a preguntas.


© FRANCÍ XAVIER MUÑOZ, 2013
Buscando formas. Poemario VI

No hay comentarios:

Publicar un comentario