¿Sabes?
Hoy
por la mañana tuve que parar el coche.
Los
ojos se me llenaron de lágrimas.
Y
es que ese disco de Malú
me
está destrozando el paisaje
que
habíamos pintado juntos.
Tu
ausencia se hace cada vez más insoportable
y
el dolor me llega hasta la garganta,
ahogándome
sin que pueda evitarlo.
Es
entonces cuando el llanto sale a borbotones
y
tengo que esconderme de la gente
o
apartar el coche de la calzada.
Es
entonces cuando todavía me doy cuenta
de
que te amo
y
que tu ausencia no la llena nadie.
Es
entonces cuando miro el reloj
y
cuento las horas que faltan
para
acostarme
con
el Orfidal, Lexatin o Valium.
De
nada sirve la terapia
ni
los tranquilizantes cotidianos
o
las horas extras en el trabajo.
Nada
me separa de ti
aunque
tampoco quiero que nada me separe.
Eso
no se lo digo a mi psicólogo;
él
solo intenta que no te odie.
Al
final dejaré de pagar estas consultas
y
me gastaré el dinero en los bares.
Allí
los camareros me escuchan igualmente
pero
al menos no me avasallan a preguntas.
©
FRANCÍ XAVIER MUÑOZ, 2013
Buscando formas.
Poemario VI
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