Hace años descubrí tu mirada
escondida entre las piedras del mar.
Camino tu nombre en la arena,
lanzando piedras al agua,
y una ola desnuda
me eleva a tu montaña.
Descubrí en aquella playa
una roca que coronaba el mundo,
un dios que el universo dominaba.
Entre lo místico y lo mortal
tu vida se adivina mágica.
Estás invadida toda tú
de una aureola extraña.
No caminas ni en la tierra ni en el cielo,
ni en la noche ni en el día.
Es la vida y su misterio
quien recorre tu sendero.
Lo inmortal, lo infinito,
la fuerza, la mente, el control.
La inteligencia y la fe.
Es tu misteriosa infinitud
la que desdobla páginas
de indescriptibles sensaciones
cuando mi mente en ti se para.
Hay personas, en fin,
que lo llenan todo,
incluso el alma.
Y, por eso,
en noches como ésta,
ni un poema me arrebatan.
Tu nombre te define y eso basta.
© FRANCÍ XAVIER MUÑOZ 1989
La estancia del mate. Poemario I
La estancia del mate. Poemario I
Por momentos no sabemos si la perla se refiere a la mujer amada, o simplemente a la naturaleza humanizada. Porque el hablante lírico deja claro que descubrió la mirada escondida entre las piedras del mar, es decir, en plena naturaleza. La naturaleza aparece entonces como marco de ese amor, y se enumeran el agua, la ola desnuda, tu montaña, la playa. No queda claro, a lo largo del poema, si la perla a la que se refiere es la piedra del mar, pero a medida que avanza el poema aparecen imágenes vinculadas con la perla marina: la aureola, su magia, lo místico, el misterio, lo inmortal, lo infinito. Pero me ha confundido la aparición hacia el final de “hay personas/ en fin/ que lo llenan todo/ incluso el alma” y no sabemos, entonces, si esta perla corresponde a una persona o sigue siendo la perla amada. Muy bien resuelto el desenlace, a partir de la importancia que posee el nombre. Un cierto enigma rodea al poema, en tanto no se resuelve a nivel de significado si la perla es simplemente la perla marina o si es una persona que se llama así.
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