Fue tu vida
un sereno camino
hacia la muerte.
Aprendiste en ese viaje
a aceptar un destino,
el tuyo,
que se presentó de golpe
aquel once de octubre.
Las miradas se dolieron
a lo largo del día
en un imposible destello
de duda, rabia y contención.
¡Qué dolor, tan extraño y vacío,
recorrió mi universo de sueños,
sinsentidos y agonías!
Mentes en blanco, miedos,
y a pesar de todo,
nuestra lucha continúa.
Horas ahogadas, enterradas,
ya en la memoria.
Sensación de viaje,
sueño, a través de la niebla.
A veces regresas,
un momento tan solo,
y un grito desgarrado
sucumbe a la evidencia.
© FRANCÍ XAVIER MUÑOZ 1989
La estancia del mate. Poemario
I
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