23 JUNIO, JUEVES
Querido Bene...
Me alegró mucho recibir tu carta. Pensaba que nunca
me ibas a escribir. ¿Por qué escribías a Álvaro y a mí no? Ya sé que él te tuvo
en su casa, pero debes recordar que fui yo quien se preocupó por ti y quien
movió todo lo que estaba en su mano para intentar solucionar tu estancia en
Madrid. Mi amigo me hizo el favor de alojarte en su casa porque yo en la mía no
podía ir contra la autoridad de mis padres, pero si hubiera tenido otras
circunstancias lo habría hecho y por todo el tiempo que hubieras querido. Es
más, si hubiera tenido trabajo, como tengo ahora, te habría ayudado incluso
económicamente. No pienses que estoy enfadado. Si te digo esto es porque me
sorprendía que no me escribieras, nada más. Tengo por costumbre hacer favores
si puedo y ayudar a todo aquel que lo necesite y se cruce en mi camino dentro
de mis posibilidades. Nunca espero nada a cambio. Hago las cosas porque sí,
porque creo que las debo hacer así, porque me lo dice mi moral, sin exigir a
cambio otros favores. Ofrezco mi amistad si la quieren, eso es todo.
Tú viniste en mal momento. La situación aquí era
mala. No había apenas trabajo. Se destruía empleo cada día. Y ya sabes que,
además, a los ciudadanos de tu país se les exige más en cuanto a visados y
permisos de trabajo que a otros ciudadanos hispanoamericanos. Ahora parece que
la situación mejora tímidamente. Se está creando más empleo, pero también porque
estamos en verano y en esta época del año siempre sube la ocupación laboral por
el turismo y la hostelería. Todos los expertos dicen que estamos saliendo de la
crisis, pero es una salida muy lenta, apenas se nota un poco. Esperemos que
cambie para mejor.
Sigo con atención las noticias que me llegan de tu
país a través de la prensa. Últimamente habéis estado saliendo en los
periódicos por el tema de los derechos humanos y la guerrilla. Ya sé que la
situación allí no es buena y que hay un alto índice de pobreza. Tú me interesas
porque creo que eres mi amigo, y mis amigos me preocupan. Deseo que
mantengamos un contacto más asiduo y que no renuncies a tu idea de volver a
España, pero ten paciencia hasta que la situación mejore aquí y yo también
esté en disposición de prestarte una ayuda más efectiva.
23 DE JUNIO, JUEVES
Querido Joaquim…
Perdona el retraso. He estado
muy liado porque el día diez comencé a trabajar y siempre que tengo un trabajo
nuevo estoy una semana o dos alejado de todo hasta que me adapto.
Me dijiste por teléfono que
vendrías a Madrid sobre el tres de agosto. Lo más probable es que nosotros nos
vayamos de vacaciones el día seis. Te aviso con antelación para que podamos
compartir dos o tres días antes de que te marches a Portugal. Mi madre
también te espera y no hay ningún problema para que estés en nuestra casa. Ella
no te guarda ningún rencor. Yo le conté, más o menos, cómo te sentías por no
haberle devuelto el dinero que te prestó y me dijo que lo más importante era
que tú estuvieras bien y que hubieras salido de tus angustias. Ella valora
mucho en una persona la sinceridad de reconocer las equivocaciones y el saber
pedir perdón a tiempo. Así que no te preocupes más por este asunto. El
retraso, la ausencia, el silencio y el olvido en que nos has tenido a los dos
ya no tiene importancia porque has decidido recuperarlo y porque sabíamos que
tenías problemas. Sin embargo, ahora que tu vida está en calma ya no hay
razones para la distancia. Y los dos nos alegramos por ello.
Es muy probable que vayamos de
vacaciones a Portugal otra vez. Así que, si al final nos decidimos, te puedes
venir con nosotros porque yo tengo pensado ir primero al norte, a la zona de
Oporto, y luego a Coimbra, Lisboa y El Algarve. Mi madre y yo queremos volver
porque hubo lugares que no pudimos conocer y otros no los disfrutamos lo
suficiente. En especial, Lisboa. En el norte estuvimos hace algunos años y hay
sitios que no recordamos bien. Portugal nos gusta mucho y esta vez queremos
conocerlo mejor.
Mi vida sigue igual. Ahora
estudio por las mañanas y parte de las tardes. De siete y media de la tarde a
once y media de la noche trabajo. Me va bien allí. El ambiente es distendido y
el trabajo relajado. He estado saliendo con un chico durante un mes pero al
final me ha dejado. Siempre me pasa igual. Parece que nadie quiere darme tiempo
para conocerme mejor. Pero estoy acostumbrado y desde luego no me deprimo.
Estoy un poco cansado de ir buscando el amor. Quiero relajarme, disfrutar de la
vida y del amor, pero sin ilusionarme mucho porque creo que el amor, si te ha
de llegar, te llega cuando menos te lo esperas, así que es absurdo empeñarse en
encontrarlo.
Tengo muchas ganas de verte.
Quiero dedicarte unos días para que disfrutes de Madrid, de sus tardes
calurosas y de sus noches de verano tan románticas. Tenemos que hablar de
muchas cosas. Pero, sobre todo, disfrutar de esta amistad reencontrada. Será un
placer compartir contigo ese tiempo. Deseo con fuerza que vengas y conozcas lo
nuevo que aquí te espera. Haz todo lo posible por venir. Yo ya estoy contando
los días.
©
FRANCÍ XAVIER MUÑOZ 1994
Recuerdo
de olvidos y presentes ausencias. Cartas y diario de Xavi Sabater
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