El día amenazaba tedioso
con el silencio de Enric, la reclamación a la UNED y la gestión telemática del
registro de mi libro Lo que queda de hoy, y eso que desperté con el sí de Norber para que sus dibujos
ilustren el libro. Sin embargo, los impresionistas cambiaron radicalmente el
día, sobre todo Claude Monet, de quien yo conocía poca obra. Repasando hoy una síntesis
de la nómina principal del impresionismo (Manet, Monet, Renoir, Degas, Pissarro,
Sisley…) descubría que Monet fue el más poético de ellos y que aportó la
sensibilidad al movimiento pictórico. Recordé aquella web que reproducía
cuadros famosos en lienzos y, afortunadamente, la encontré. Mi sorpresa fue
descubrir que de algunos impresionistas tienen decenas y decenas de cuadros. Y,
oh casualidad, Monet es uno de ellos, precisamente. Así que me embelesé viendo
la ingente obra de este magnífico pintor que, en vida, pintó cerca de tres mil lienzos.
Y, contrastando lo leído en el temario sobre su pintura y lo que iba viendo de
él en la web, sentí el impulso de reproducir alguno de sus cuadros para redecorar
la casa del pueblo, cuando terminemos los arreglos. Vi paisajes de Monet que
ubiqué rápidamente en el portal, pero mi sorpresa fue descubrir bodegones
preciosos que, automáticamente, imaginé para la cocina de la segunda planta.
Ahí fue cuando me vino la idea: decorar las estancias de la casa con reproducciones
de impresionistas. Y entonces cliqué en otra pestaña para ver la obra de
Renoir, y visualicé sus escenas parisinas de remeros, amigos y verbenas en el
salón de nuestra casa rústica, celebrando la amistad y la conversación. Pero, oh
sorpresa, descubrí las flores y jarrones de Renoir, temática que yo desconocía,
salvo algún que otro cuadro suelto que vi en la exposición que se celebró hace
poco en el Thyssen de Madrid. E imaginé la habitación de mi madre decorada con
esas reproducciones. En fin, la idea me ocupó un par de horas, mirando y
mirando reproducciones y su encaje final como lienzos o cuadros. Lo cierto es
que esta web ofrece un servicio de calidad. Así que he decidido que, ahora, las
fotografías en lienzos irán en los pasillos de la casa y otras zonas comunes. /
El día se enderezó, finalmente, viendo la emisión de Tootsie (1982), de
Sidney Pollack, con Dustin Hoffman y Jessica Lange, que nunca había podido ver
completa. Una magnífica película que nos hace reír y reivindicar el papel de la
mujer en aquellos años iniciales de los 80 del siglo pasado. Al menos, la
película rompió el silencio de dos días.
© FRANCÍ XAVIER MUÑOZ, 2020
Sueños y quimeras de un hombre enamorado
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