domingo, 24 de abril de 2011

poema | no enciendas el fuego

Me preguntaron las sombras que acechan,
expectantes, las horas de las ascuas,
¿qué he visto en ti, amor mío,
para quemar mis prontas ilusiones?
Si pensar en ti es como nadar en alta mar,
ausente y solitario,
que me den un barco para llegarte
y descubrir islas que nos arropen.
Me siento de ti enamorado, luego distante,
de todo aquello que no sea nuestro.
Eres amor y, a la vez, realidad sencilla .
Tangible verdad que me abruma.
Ese enmarañado mosaico de sensaciones
que me haces sentir cuando estoy contigo
o cuando a mi lado no te tengo y en soledad,
frente al papel, recordándote, escribo.
Quiero regalarte tantas cosas a la vez,
tantos tiempos precisos, tantos sueños,
que una lágrima rodando se escapa
si se agolpan y no puedo decírtelos.
Ahora que estoy solo en la mesa,
escribiendo y buscándote,
te pido que no enciendas el fuego, y que dejes
que corran, audaces, los duendes de nuestro encuentro
para elevarte, con mis manos,
a ese infinito que siempre he deseado.

© Francí Xavier Muñoz, 1991
La estancia del mate. Poemario I

3 comentarios:

  1. Muy bonito el poema, para que veas que los leo, sí que me ha gustado, sólo que en 1991 no estabas conmigo, entonces tenías veinte años y yo ni siquiera era presente para tu futuro

    ResponderEliminar
  2. Que maravilla de poesía...... De lo que más me ha gustado tuyo, y eso que estoy pasando de todo lo relativo a las parejas, pero en fin, gracias por hacerme ver que algo me debe quedar en mi recóndito corazón.

    ResponderEliminar