El viernes pasado, el rey Juan
Carlos recibió al ministro de Defensa saudí, en visita oficial a nuestro país
para tratar sobre la posible firma del mayor contrato de la industria militar española. La audiencia del
Rey se enmarca dentro de la actividad diplomática propia de la Jefatura del Estado que,
sin embargo, el Gobierno ha querido potenciar y publicitar de manera evidente, quizá
para echar una mano a la
Casa Real y, también, para que ésta eche una mano al país,
facilitando contactos al más alto nivel, como los vistos en el último viaje del
Rey a Brasil. Lo que no tiene justificación alguna es que el ministro de
Defensa saudí haya venido acompañado de seis de sus hijos pues, al ser visita
oficial, España corre con parte de los gastos. Nuestra situación actual hace
que estos detalles se tengan muy en cuenta y, por tanto, se debería limitar o
eliminar este tipo de acompañamiento turístico. Por otro lado, la
Casa Real
© Francí Xavier Muñoz, 2012
A babor y a estribor
Cartas al Director y un grito desesperado. Vol. IV
Bueno, compañero.... honestamente. Después de Noos, de conocer la trama y callarse. De apoyar las actividades de forma activa. De presionar para elegir a los sucesivos ministros de defensa (recordemos aquella reunión con el representante de una industria armamentística que se dio poco antes), de firmar sin leer leyes o no firmarlas (caso Botswana), y todas las miles y una tonterías que, por lo que sea que Dios tenga que ver, si lo tiene, ha ido haciendo este hombre.... yo pondría a su futuro sucesor a hacer un concurso oposición o un sufragio universal. Un abrazo y sed muy felices. P.d. Yo creo que su mala prensa ya no tiene arreglo ni apañando otro simulacro de golpe de Estado (recordemos que Armada era uno de los instigadores y era también el jefe de la Casa Real).
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