Por fin he podido ver
esta película, veinticinco años después de su estreno. Para amantes de la
música clásica, especialmente de la barroca, es interesante presenciar la
locura creativa de un genio que, además, se complica con la locura que le
provoca el fallecimiento prematuro de su esposa. Locura controlada, no
excéntrica ni demencial pero, al fin y al cabo, locura, de ésa que recluye al
individuo en su mundo particular, del que sólo asoma de vez en cuando para
relacionarse con los demás, obligado por las contingencias de la vida. A pesar
de la calidad de la producción, multipremiada por la Academia Francesa, la
película es demasiado lenta, los personajes apenas evolucionan, salvo el
protagonista, y el director se recrea en los tiempos largos de la acción,
acompañados adecuadamente por una banda sonora en la que predominan los adagios
de compositores franceses, que no son precisamente mis músicos favoritos del
barroco. Aunque no me arrepiento de no haberla visto en el cine, me abre el
apetito, eso sí, para volver a ver "Amadeus" y "Farinelli". © FXM

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