La noche
lleva cintura de baile.
Tú siempre has danzado con ella.
Es tu entrega y tu perdición.
También fue la mía hace tiempo.
Ella nos conoció en Madrid.
¿Recuerdas? Fue en Velada,
sesión after
de Kapital.
Tus piernas y tu torso me prendaron
a un movimiento de caderas
acompasado y loco,
seductor de ritmo y armonía.
Fue también tu gesto felino y tierno
el que sonrió esa noche mi alma
perdida, maltratada y sola,
en otro corazón ya caducada.
Fue tu sonrisa limpia
la que fijó en mí tu inocencia,
sorprendiéndome la inquietud
por explorar una nueva mirada.
Y hoy, casi trece años después,
tu gesto niño y bondadoso,
tu expresión cristalina e inocente,
sigue arrebatando las mismas
melodías de amor que entonces.
Yo bailo tu mirada en mi sonrisa
y sonrío tus ojos en mi sueño,
que se adormece reposado
cuando a mi lado lo proteges
de miedos consistentes y ansiedades
que desde siempre enturbian
mi carácter en las horas del día.
Ahora que las inseguridades
tiemblan mi despreocupado futuro,
me aferro a tu baile, más quebrado que nunca,
pues hoy me siento frágil y confuso.
También tu voz y tu consuelo
me ayudarán a seguir bailando en esta fiesta.
© FRANCÍ XAVIER MUÑOZ 2017
Destino
reconciliado. Poemario VII
¡Precioso! Es muy hermoso, me encanta y me ha hecho recordar aquella mañana, cuando nuestras miradas se cruzaron y coquetearon. Gracias por este hermoso poema mi amor. Te amo.
ResponderEliminarExcelente poema que refleja el encuentro de dos personas bailando. A lo largo de sus estrofas el hablante lírico describe con claridad y ritmo dicho encuentro. El poema no solo sirve para referirse, como si fuera un recuerdo, una evocación, el acontecimiento que provocó dicho encuentro, sino también su duración, trece años. Un poema lleno de vida, de alegría, de sensualidad y de agradecimiento. Numerosas imágenes plenas de intensidad expresan esta alegría: “Yo bailo tu mirada en mi sonrisa/y sonrío tus ojos en mi sueño”, por ejemplo. Así, la vida se presenta, desde baile, como fiesta, encuentro, celebración y crecimiento.
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