4 DE
FEBRERO, DOMINGO
Querida Giulia…
Gracias por la tarde de ayer; me ha abierto la puerta a un camino que yo llevaba meses intuyendo que tenía que comenzar a recorrer, el del estudio y comprensión del estado de conciencia que, en el fondo, toda mi vida ha presidido mis acciones y pensamientos y con el que siempre he estado en contacto a través de la poesía, la filosofía, la fe, la música, el arte, la amistad, el amor... pero sin ser consciente de que todo eso formaba parte de un recorrido coherente y con un destino en el navegador de mi vida. Las dolencias que se me revelaron el año pasado han ido poniendo orden a ese desorden trascendente que yo siempre intuía, y llevo un año meditando y asociando vivencias, pensamientos y sensaciones que yo percibía que me estaban conduciendo a un punto de partida espiritual. Todo ha ido empujando hacia ese instante que ayer viví y que por el contenido de la charla, el miedo, yo ya intuí el otro día que era el momento elegido por "algo" para iniciar ese camino de búsqueda profunda de mi estado de conciencia. Todavía estoy digiriendo las frases que me bombardearon directas a ese nivel superior y que parecían dirigidas especialmente a mi circunstancia, ahora que he tomado la primera decisión trascendental de mi vida forzado por esa dolencia que mi cuerpo me revela, frases que coinciden también con reflexiones que en los últimos meses he podido hacer gracias a otras fuentes. Todo, como el río que fluye, lleva a la misma desembocadura... enfrentarme al miedo más decisivo, aquel que paraliza una vida... La mía ha estado presidida y dirigida por el miedo, eso lo aprendí en las dos terapias psicológicas que he hecho, pero ahora tengo una herramienta para luchar contra él... esa sabiduría que he ido acumulando a lo largo de mi vida, inconexa, desordenada, y que ahora, gracias a vuestra espiritualidad, a mi fe, a la poesía y a la filosofía, también al amor de los míos, está iniciando un camino coherente y conexo con el destino espiritual al que todos nos deberíamos dirigir pero al que no todos despiertan... Y en ese camino hay muchas coincidencias.
Querida Giulia…
Gracias por la tarde de ayer; me ha abierto la puerta a un camino que yo llevaba meses intuyendo que tenía que comenzar a recorrer, el del estudio y comprensión del estado de conciencia que, en el fondo, toda mi vida ha presidido mis acciones y pensamientos y con el que siempre he estado en contacto a través de la poesía, la filosofía, la fe, la música, el arte, la amistad, el amor... pero sin ser consciente de que todo eso formaba parte de un recorrido coherente y con un destino en el navegador de mi vida. Las dolencias que se me revelaron el año pasado han ido poniendo orden a ese desorden trascendente que yo siempre intuía, y llevo un año meditando y asociando vivencias, pensamientos y sensaciones que yo percibía que me estaban conduciendo a un punto de partida espiritual. Todo ha ido empujando hacia ese instante que ayer viví y que por el contenido de la charla, el miedo, yo ya intuí el otro día que era el momento elegido por "algo" para iniciar ese camino de búsqueda profunda de mi estado de conciencia. Todavía estoy digiriendo las frases que me bombardearon directas a ese nivel superior y que parecían dirigidas especialmente a mi circunstancia, ahora que he tomado la primera decisión trascendental de mi vida forzado por esa dolencia que mi cuerpo me revela, frases que coinciden también con reflexiones que en los últimos meses he podido hacer gracias a otras fuentes. Todo, como el río que fluye, lleva a la misma desembocadura... enfrentarme al miedo más decisivo, aquel que paraliza una vida... La mía ha estado presidida y dirigida por el miedo, eso lo aprendí en las dos terapias psicológicas que he hecho, pero ahora tengo una herramienta para luchar contra él... esa sabiduría que he ido acumulando a lo largo de mi vida, inconexa, desordenada, y que ahora, gracias a vuestra espiritualidad, a mi fe, a la poesía y a la filosofía, también al amor de los míos, está iniciando un camino coherente y conexo con el destino espiritual al que todos nos deberíamos dirigir pero al que no todos despiertan... Y en ese camino hay muchas coincidencias.
12 DE FEBRERO, LUNES
Querida
Giulia…
Como te dije
el otro día, me hago preguntas y busco respuestas aunque nunca he estado
alejado del camino del corazón y toda mi vida he ido a la esencia de las
personas y de las vivencias. Yo siempre he guiado mi vida por el amor, la
justicia, la bondad y la solidaridad (aunque he tropezado bastantes
veces), valores que he ido aprendiendo desde mi infancia y que desde la
adolescencia he ido acrecentando con diferentes lecturas y algo de estudio.
Tengo una considerable colección de reflexiones acerca del sentido de la vida,
de su utilidad y de su trascendencia y todos los días de mi vida he meditado
sobre los hechos que me acontecían y su posible significado. Ahora bien, no
tengo certezas, solo aproximaciones, y en esos recorridos todo aporta, también
vuestra visión unificada de la conciencia. Sin embargo, porque soy de natural
inquieto, curioso y multidisciplinar, doy cabida a diversas teorías que puedan
explicar el porqué de los acontecimientos trascendentes de mi vida y reconozco
que me cuesta elegir alguno de ellos porque no soy categórico con nada ni con
nadie. Tengo en cuenta, valoro, sopeso, medito... pero no tengo certezas, solo
aproximaciones, dudas... Siempre he sido así, dubitativo pero curioso, no sé si
filósofo o periodista, aunque Filosofía fue la siguiente carrera en la que me
matriculé en 1992, cuando dejé Derecho, decepcionado por la corrupción política
de aquellos años. Pero en Filosofía no aguanté mucho porque tuve la intuición de
que podría volverme loco de tanto pensar aunque, por supuesto, he leído mucha
filosofía después, que me ha servido mucho para orientar mi vida por principios
éticos y racionales. En ese marco, hoy, mis dolencias me invitan a una nueva
reflexión profunda acerca del por qué y el para qué, y estoy avanzando mucho en
la comprensión y en la nueva orientación de mi vida, aun todavía con muchas
dudas y a veces dando un paso adelante y dos hacia atrás. En ese sentido, las
reflexiones de la charla sobre el miedo coincidieron con reflexiones que yo ya
estaba haciendo semanas atrás, por ejemplo. Pero, insisto, siempre me ha
costado creer de forma categórica en algo único y concreto y por ejemplo mis
lecturas de la Biblia las estoy acompañando de lecturas que la interpretan en
su contexto histórico, filológico y teológico. Y en todo soy así, la verdad...
Leo, estudio, reflexiono... y sopeso y valoro y mido pero no me atrevo a
concluir certezas absolutas porque en otros campos jugamos con realidades
materiales que se pueden medir pero en este campo del misterio de la vida sólo
jugamos, creo yo, con intuiciones, sensaciones y vivencias a las que muchos han
dedicado años de reflexión y explicación pero que luego cada uno tiene que
aplicar a su propia trascendencia. Y por eso soy muy cauto a la hora de sacar
conclusiones definitivas. En el fondo, esta experiencia está renaciendo quizás al
aprendiz de filósofo que también llevo dentro.
No he
guiado mi vida sólo por lo racional, afortunadamente, ni antes ni ahora. Lo
afectivo y lo espiritual han ocupado la misma proporción porque siempre he
pensado (junto con otros pensadores, escritores y sabios) que el ser
humano es una inter-conexión entre mente, cuerpo y espíritu, aunque estoy de
acuerdo en que lo espiritual y afectivo es lo que nos llevamos de aquí, aunque
hay quien también piensa que lo mental y lo corporal perfeccionan el espíritu.
Yo he vivido intensamente en el afecto y en el intelecto y quizás estas
dolencias, estos toques de atención, me están diciendo que tengo que completar
mi aprendizaje profundizando en lo espiritual que, quizás, era a lo que menos
atención prestaba, no por pereza ni por descuido ni por desprecio sino porque
siempre he creído en Dios, sea como sea el apellido que cada uno le ponga. Todo
lo que me pasaba lo agradecía o lo peleaba por su voluntad o decisión y por eso
me despreocupaba de buscar más allá de la espiritualidad cristiana en la que yo
creía (también a mi manera, todo hay que decirlo), basada en una fe de amor y
no en una religión formal. Ahora, esto que me golpea también lo
filtro de esa manera y por eso, como dije el otro día, resulta más difícil
encontrar una respuesta porque el no- creyente sólo tiene una... Y en ese
camino estoy, buscando el por qué y el para qué, porque el qué ya lo tengo
observado y definido. Y en esa búsqueda del sentido es donde encajo unas
propuestas y otras pero, como te decía antes, no sé si llegaré a encontrar
certezas o me quedaré con más aproximaciones. Eso sí, aunque sea con esto
último estaré más cerca de ese punto de partida o de llegada al que sólo
algunos privilegiados consiguen acceder.
©
FRANCÍ XAVIER MUÑOZ 2018
Recuerdo de olvidos y
presentes ausencias. Cartas y diario de Xavi Sabater
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