Yo sé que te irás, más pronto que tarde,
y que nunca más volveré a verte.
Como Ulises en La Odisea
eres un alma solitaria,
un viajero incansable
que no amarra afectos en ningún sitio.
Yo te amé más de lo que lo hizo nadie,
y quise que estuvieras a mi lado.
Estúpido de mí, no me di cuenta hasta hoy
que llevas años escapando de alguien,
quizá de tu padre,
quizá de aquel chico,
quizá de ti mismo.
Quise
aferrarte a mi cariño y afecto,
a
mis amigos y a mi casa.
Todo
ha sido inútil porque ha vencido
el
ave solitaria
y
rebelde que llevas dentro.
En
un futuro lejano, cuando me recuerdes,
quizá
se llenen tus ojos de lágrimas,
como
los míos,
al
saber que lo intentamos y fuimos sinceros,
y
que el paso del tiempo, la rutina
y nuestras
circunstancias
echaron
a perder nuestra memoria
y
lo que habíamos construido.
Esta
noche sé que reviviré muchas veces
el
sentimiento que ahora tengo:
extrañarte
en tu ausencia,
echándote
de menos,
y
apretando los puños,
amarte
más que a nadie,
aunque
con la forma complicada de mi vida,
que,
una vez más, me deja solo ante el futuro.
©
FRANCÍ XAVIER MUÑOZ, 2013
Buscando formas. Poemario VI
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